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9. Técnicas de estudio para comprender la información.


Recuerdo que cuando era alumno de instituto estudiar era una lucha constante. El simple pensamiento de tener que empezar me ponía malo y que muchas veces, me pasaba la tarde tirado sin hacer nada. Pero con las técnicas adecuadas, puedes transformar tus sesiones de estudio en algo productivo e incluso interesante. Para ello es imprescindible que comprendas la información que estás estudiando, al menos la mayoría de ello (no pasa nada si una pequeña parte no la entiendes y la tienes que memorizar). Pero si te limitas a estudiar todo de memoria, sin comprender nada, acabarás echando muchas más horas y será mucho más aburrido.

Las TÉCNICAS DE ESTUDIO para comprender la información son aquellas que van más allá de una simple lectura y memorización, sino que buscan asimilar la información facilitando que los conocimientos puedan ser aplicados al mundo real.

Algunas de estas técnicas son:

Elaboración.

Implica explicar y describir ideas con tus propias palabras, creando conexiones entre nuevos conceptos y lo que ya conoces. Esto puede incluir hacerse preguntas sobre el material de estudio y tratar de responderlas sin mirar las respuestas.

Piensa que es como conectar los puntos en un juego. Tomas la información nueva y la conectas con lo que ya sabes.

Autoexplicación.

Después de leer algo, intenta explicarlo con tus propias palabras, como si se lo estuvieras enseñando a alguien más. Esto ayudar a comprender el contenido y a conectar los nuevos conocimientos con lo que ya sabes.

Imagina que eres un streamer explicando algo a tu audiencia.

Resumen.

Con los resúmenes queremos obtener un documento más corto en donde incluyamos las principales ideas del contenido que tenemos que estudiar. No se trata de copiar exactamente las frases, sino de utilizar nuestras palabras para destacar lo más importante.

Es importante que el resumen no sea muy largo (como mucho un 25-30% del texto original) y para ello es interesante que hagamos párrafos cortos. Además, el resumen debe tener sentido en sí mismo, con frases completas que tenga sentido, de manera que podríamos entender las ideas principales sin recurrir al texto original.  

Esquemas.

El esquema es un método para organizar la información más importante de manera visual.  Para realizarlo debemos extraer las ideas principales del texto y crear encabezados más grandes. A partir de estos encabezados por añadir apartados y subapartados que expliquen esas ideas. Estos pueden incluir ejemplos, definiciones, fechas, o cualquier otra información relevante.

Al contrario de los resúmenes, en el esquema no hace falta usar frases completas, sino que podemos añadir palabras o conceptos sueltos. De hecho, en los esquemas se añade la mínima información posible


Lo bueno de los esquemas es que son complementarios al resumen. A través del esquema tendremos una visión, global para estructurar en nuestra mente las ideas principales, mientras que con el resumen tendremos lo necesario para poder explicarlo.

Mapas conceptuales.

Son una pequeña variante de los esquemas. En un mapa conceptual o mapa mental debemos identificar la idea principal, que pondremos en el centro del mapa o en la parte superior. 

A partir de ahí debemos identificar los conceptos clave, que saldrán como flechas o ramificaciones de la idea principal. En cada flecha podemos explicar la relación entre las diferentes ideas utilizando palabras clave. Por tanto, el mapa conceptual, a diferencia del esquema me permite explicar las relaciones que existen entre las ideas clave.

En los mapas conceptuales podemos incluir colores diferentes para diferenciar ideas, así como usar dibujos, figuras etc. Como vemos, el objetivo es organizar la información de manera muy visual mostrando las conexiones entre los conceptos. Con solo un vistazo vamos a poder entender cómo se relaciona toda la información.

Lectura, subrayado y explicación. 

La lectura es el primer paso cuando nos encontramos un contenido nuevo. La primera lectura debemos hacerla tranquilamente, sin prisas, comprendiendo lo que estamos leyendo para coger la idea principal y relacionarla con los conocimientos que ya tenemos.

El subrayado lo realizamos con la segunda lectura que es mucho más activa. Con la lectura activa debemos subrayar aquellos aspectos más importantes, tomando las definiciones, ejemplos, palabras clave o las frases más relevantes. Podemos usar colores para las diferentes categorías de información (por ejemplo, rojo para definiciones, negro para palabras clave, azul para los ejemplos etc.) También podemos hacer anotaciones en los márgenes si lo vemos necesario.

Con la explicación nos aseguramos de que hemos comprendido todo. Lo que hacemos es explicárselo a otra persona o a mí mismo en voz alta. También podríamos hacer resúmenes. Es importante que usemos nuestras propias palabras.

 

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