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7. Igualdad de Género.


La IGUALDAD DE GÉNERO se refiere al principio de dar a mujeres y hombres los mismos derechos, responsabilidades y oportunidades en todas las facetas de la vida. Es una meta fundamental para lograr una sociedad justa y equitativa, y abarca aspectos como la igualdad en el trabajo, la educación, la salud y la representación política, entre otros.

 

• ¿Por qué conseguir la igualdad de género es importante?

En primer lugar, porque es un derecho humano. Todos los individuos, independientemente de su género, deben tener la misma capacidad para tomar decisiones sobre sus vidas y las mismas oportunidades para poder cumplir sus sueños y proyectos.

En segundo lugar, las sociedades que promueven la igualdad de género suelen ser más desarrolladas y estables. La participación equitativa de mujeres y hombres en todos los aspectos de la vida conduce a un mayor desarrollo social y económico.

• Problemas en la consecución de la igualdad de género.

Aunque se han hecho grandes avances en materia de igualdad de género, todavía hay una serie de problemas que está dificultando que se llegue a una igualdad efectiva.

- Brecha salarial. Las mujeres a menudo ganan menos que los hombres por el mismo trabajo, lo cual es un indicador de la desigualdad de género en el ámbito laboral. Se estima que en España las mujeres ganan de media un 15% menos que los hombres por el mismo trabajo.

 

La BRECHA SALARIAL es la diferencia existente entre los salarios recibidos por hombres y por mujeres.

 

- Menor representación en puestos de poder (techo de cristal).    En 2024, las mujeres suponían solo el 34% de los miembros de juntas directivas de las mayores empresas de España (las que más pagan). Además, de las 35 principales empresas de España, la presidencia solo está ocupada por 3 mujeres.


El TECHO DE CRISTAL son las dificultades con las que se encuentran las mujeres para ascender en sus trabajos y llegar a puestos de más responsabilidad.

  

- Violencia de género. La violencia de género, incluido el acoso sexual, el abuso y la discriminación, sigue siendo un problema grave en todo el mundo. Esta violencia impide que las mujeres y las niñas alcancen su pleno potencial y participen de manera igualitaria en la sociedad. Según la OMS se estima que un 30% de las mujeres en todo el mundo han sufrido violencia física y/o sexual por parte de una pareja íntima en algún momento de su vida. 

- Desigualdad ante la ley. Todavía en algunos países (afortunadamente no en España), las leyes y políticas discriminan a las mujeres. Por ejemplo, entre otras muchas cuestiones, las mujeres no pueden acudir a un evento deportivo en Arabia Saudí.

- Estereotipos sexistas o roles de género. Son las expectativas sociales sobre cómo deben comportarse las mujeres y hombres. En ocasiones, estos estereotipos suponen barreras que dificultan llegar a la igualdad de género. Por ejemplo, la creencia de que “la mujer debe cuidar de la casa y de los hijos” supone que en muchas ocasiones estas renuncien a toda o parte de su vida profesional. De todas las personas que decidieron reducir su jornada tras tener un hijo, el 95% eran mujeres. El primer año de maternidad el salario femenino se recorta un 11% mientras que el de los hombres no sufre cambios y a largo plazo la brecha se agranda hasta el 28% tras el nacimiento del primer hijo.

• Visibilidad de los estereotipos sexistas.

Como acabamos de explicar, los estereotipos son las expectativas sociales sobre cómo deben comportarse las mujeres y hombres. Estos estereotipos están muy aceptados en muchas sociedades y tienden a limitar las acciones de las personas según su género.

Algunos ejemplos de estereotipos femeninos son.

- Emotividad y sensibilidad. Existe el estereotipo de que las mujeres son naturalmente más emocionales y sensibles que los hombres, lo que puede llevar a la idea de que son menos racionales o menos capaces de manejar situaciones de alta presión. Este puede ser uno de los motivos por los que tienen más dificultades para llegar a puestos de liderazgo.

- Cuidado del hogar. Se espera tradicionalmente que las mujeres sean responsables de las tareas del hogar y el cuidado de los niños.  De media, las mujeres españolas dedican 5 horas al día a estas tareas frente a las 2 horas y media de los hombres.  Esta mayor carga de tareas familiares deja a las mujeres con menos tiempo para trabajar y ganar dinero o para poder formarse y aspirar a mejores salarios, siendo una de las causas de las diferencias de salario.

- Interés en la moda y la belleza. A menudo, se asume que todas las mujeres tienen un interés muy grande en la moda, la belleza y el cuidado personal, lo que puede subestimar sus intereses en otros campos.

- Pasividad y sumisión. Los estereotipos de género a veces pintan a las mujeres como pasivas y sumisas y, lo cual también dificulta que lleguen a puestos de liderazgo.

Algunos ejemplos de estereotipos masculinos son: 

- Fuerza y agresividad. Se tiende a asumir que los hombres deben ser fuertes, agresivos y valientes. Este estereotipo puede presionar a los hombres para que se comporten de manera dominante y competitiva. “Llora como mujer lo que no supiste defender como hombre”, cuenta la leyenda que le dijo su madre a Boabdil, después de perder Granada. 

- Escasa expresión emocional. Existe la idea de que los hombres no deben expresar emociones abiertamente, especialmente aquellas que se perciben como signos de vulnerabilidad, como el llanto. ¿Cuántas veces hemos oído “los hombres no lloran”? 

- Independencia Los estereotipos de género promueven la idea de que los hombres deben ser independientes y la figura principal o "sostén" de la familia. Eso puede hacer que muchos hombres consideren que el trabajo es lo más importante, y descuiden tareas del hogar y el cuidado de hijos. 

- Sexualidad. La actividad sexual en los chicos puede ser vista y celebrada como un logro, mientras que en las chicas puede ser muy cuestionada. 

Conclusiones.

Es importante que los adolescentes aprendáis a identificar y cuestionar los estereotipos de género en el entorno, como en la familia, la escuela, los medios de comunicación y los amigos. No te dejes influir por estos estereotipos que limitan las elecciones de cómo debes comportarte, vestirte o expresarte, ya seas hombre o mujer.

Combatir estos estereotipos es un paso esencial para conseguir una sociedad más igualitaria y libre de prejuicios, donde todos puedan tomar decisiones sin limitaciones basadas en su género.

• Modelos y relaciones de género igualitarios.

 

Las relaciones de género igualitarias son fundamentales para el desarrollo de sociedades más justas y una mejor convivencia. Alcanzar este ideal requiere un esfuerzo de todos y continuo para acabar conseguir la igualdad y el respeto mutuo entre los géneros.

 

Estos modelos buscan acabar con los estereotipos de género tradicionales para que hombres y mujeres puedan participar y contribuir en igual medida.

Algunas condiciones para llegar a estos modelos y relaciones igualitarios son:

- Igualdad de derechos y oportunidades. Tanto hombres como mujeres tienen acceso equitativo a recursos, oportunidades laborales, educación, salud y participación política. 

- Reparto equitativo de responsabilidades. Esto incluye compartir responsabilidades en casa y la participación activa de ambos géneros en la crianza de los hijos.

- Reconocimiento y respeto mutuo. Se valora y respeta la contribución de cada género en igual medida.

- Comunicación y relaciones respetuosas. Se fomenta una comunicación abierta y respetuosa en las relaciones personales, profesionales y públicas, basada en el respeto mutuo y la igualdad.

- Eliminación de estereotipos de género. Los roles tradicionales basados en el género son eliminados a favor de la libertad individual de elección. 

Para conseguir estas condiciones, debemos abordar la igualdad en diferentes ámbitos:

- En el ámbito familiar. En las familias con relaciones de género igualitarias, las decisiones son tomadas conjuntamente, respetando las opiniones y necesidades de todos los miembros. Las tareas se reparten de manera equitativa independientemente del género. 

La perjudicial inequidad en el reparto de tareas domésticas y su impacto en  la brecha laboral: solo el 52% de las mujeres en Latinoamérica son parte de  la fuerza de trabajo- En el ámbito de las relaciones románticas. Las relaciones románticas se basan en el respeto mutuo y la comunicación abierta. No hay comportamientos que puedan ser juzgados en función de si algo lo hace un hombre o una mujer (debemos eliminar frases como “si lo hace un hombre no pasa nada, pero una mujer no lo puede hacer”).

- En el ámbito laboral. Las empresas fomentan igualdad en la contratación y en el ascenso, con independencia del género. Además, ayudan a la conciliación familiar de tanto padres como madres, para que estos puedan tener tiempo para el cuidado de sus hijos. 

- En el ámbito educativo. El sistema educativo evita los estereotipos de género en las materias y las actividades, y se enseñan la igualdad de género desde una edad temprana (como en esta materia, por ejemplo).

- En la sociedad. Los medios de comunicación tienen una representación equitativa de hombres y mujeres y buscan desafiar los estereotipos tradicionales. 

- En el ámbito de la política. Hay leyes que garantizan la igualdad de derechos y protegen contra la discriminación basada en el género. Además, las leyes ayudan a la conciliación de la vida laboral y familiar. 


Las relaciones de género igualitarias son fundamentales para el desarrollo de sociedades más justas y una mejor convivencia. Alcanzar este ideal requiere un esfuerzo de todos y continuo para acabar conseguir la igualdad y el respeto mutuo entre los géneros.

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