6. Técnicas para aumentar la motivación en el estudio.
Mi compañera Ana, profesora de Matemáticas en Atarfe (Granada), les decía siempre a sus alumnos que estudiar no es divertido. Y tenía razón, no nos engañemos, estudiar no mola nada. Yo personalmente prefiero estar viendo una serie de Netflix, tomando unas Coca-colas con mis amigos mientras veo la Champions League o jugando un partidito de pádel. Y tú seguramente preferirás estar echando una play, hablando por el WhatsApp con tu “bro” o viendo un vídeo tras otro en Tik-tok como si los fueran a prohibir mañana.
Vale, ya ha quedado claro, estudiar NO es divertido, pero mi compañera Ana añadía un matiz. “Estudiar puede ser interesante”.
Las técnicas para aumentar la motivación en el estudio son estrategias diseñadas para ayudar a los estudiantes a encontrar el impulso necesario para comprometerse con su aprendizaje de manera efectiva y sostenida
¿Cómo encontrar la motivación en el estudio?
1. Establece metas claras y alcanzables. Es importante ser consciente de nuestras capacidades y plantearnos objetivos que podamos alcanzar. De lo contrario, si nos ponemos metas inalcanzables, cuando no las consigamos, nos desmotivaremos.
Una buena estrategia es dividir las metas grandes en pequeñas tareas. Al establecer objetivos a corto plazo y alcanzables, la tarea de estudiar se siente más manejable y menos intimidante. No pienses que tienes que estudiar ese montón de páginas en el trimestre, piensa que hoy tienes que estudiar solo 2. Ya no da tanto miedo.
2. Reflexiona que es lo que quieres conseguir y a donde quieres llegar. Comprender por qué es importante para ti el estudio puede servir de gran motivación. Ya sea para alcanzar tus metas profesionales, personales o para adquirir nuevos conocimientos, recordar tu propósito puede darte un impulso.
Es decir, debes recordar tu objetivo mayor: ¿por qué estás estudiando? Mantén esa razón en mente para seguir motivado.
3. Date un premio. Premiarte después de completar sesiones de estudio o alcanzar objetivos puede ser un excelente motivador. No tiene que ser algo grande, un pequeño capricho actuará de incentivo para seguir adelante. Puede ser algo tan simple como tomar un descanso para ver tu serie favorita, salir con amigos, o tomar tu chocolatina preferida (la mía es chocolate blanco con almendras).
Celebrar los pequeños logros te proporcionará una sensación de progreso y éxito. Cada vez que alcanzas un pequeño triunfo te animas, lo que te hace sentir más seguro y con ganas de ir más lejos.
4. Varía tus métodos de estudio. Usar diferentes técnicas (como mapas mentales, tarjetas de estudio, o sesiones de estudio en grupo) puede hacer que el proceso de aprendizaje sea más interesante y menos monótono. No te preocupes, que vamos a ver un montón de estas técnicas.
5. Encuentra lo divertido. Busca maneras de hacer el aprendizaje entretenido. ¿Puedes convertir tu estudio en un juego?
6. Sé curioso. En cada tema que estudies busca cómo aplicarlo al mundo real. Eso ayudará a que la materia será más atractiva y más fácil de aprender.
7. Cuida tu Bienestar. Asegurarte de que estás durmiendo lo suficiente, comiendo bien, y haciendo ejercicio regularmente puede mejorar tu estado de ánimo y tu energía general, lo que, a su vez, puede mejorar tu motivación para estudiar.
8. Encuentra un grupo de estudio. Estudiar con amigos o compañeros puede aumentar tu motivación a través del apoyo mutuo y la discusión de los contenidos aprendidos
9. Imagina los resultados positivos. Tómate un momento para visualizar los resultados positivos de tu estudio, como aprobar un examen con una buena nota o sacarte un título. Pensar sobre los efectos positivos de conseguir tus objetivos te dará una motivación extra.
10. Adopta una mentalidad de crecimiento. Creer que puedes mejorar con esfuerzo y perseverancia te ayudará a mantenerte motivado.
En definitiva, no hay esperar que la motivación para estudiar aparezca sola, sino que debes poner de tu parte. En muchas ocasiones tendrás que experimentar con diferentes estrategias hasta encontrar las que mejor funcionen para ti. La clave es recordar que la motivación puede cambiar, y lo importante es no rendirse y seguir buscando maneras de reavivarla.