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3. Diversidad cultural


En 2017 y 2018 mi instituto participó en el programa Erasmus, de manera que profesores y alumnos viajamos para pasar varias semanas en países como Italia, Polonia, Finlandia, Inglaterra o Alemania. Allí convivíamos con el resto de profesores y de primera mano veíamos como llevaban a cabo las clases. Recuerdo que me sorprendió la frialdad de los profesores alemanes, siempre marcando distancia y dando las clases con una seriedad tremenda. Los finlandeses, por el contrario, se sorprendían del trato que yo tenía con mis alumnos, donde habitualmente hacía bromas en un ambiente de clase mucho más distendido. Recuerdo que una vez le di unas palmaditas en el hombro a un alumno para animarle por un mal examen y varios profesores de otros países se escandalizaron. 

Sin embargo, a veces nos quedamos en estos estereotipos “los alemanes son fríos y serios” “los italianos son pasionales” “los españoles son…”. Pero si rascamos un poco en la superficie, podemos aprender mucho. De mi experiencia en Italia aprendí lo importante que es alejar a los alumnos de los móviles durante las clases, y vi de primera mano muchas estrategias que luego yo puse en práctica. De los finlandeses comprendí como los alumnos pueden aprender mucho haciendo proyectos que partan de sus intereses personales. De Francia, que es imprescindible enseñar a los alumnos a tener un pensamiento crítico.

 

Importancia de la diversidad cultural.

En el mundo hay una increíble variedad de culturas, cada una con sus propias tradiciones, lenguajes, creencias, prácticas y formas de vida. Cada cultura ofrece una manera de ver aspectos fundamentales de la vida, como la familia, el trabajo, la religión, etc.

La diversidad cultural es una de las mayores riquezas de la humanidad. Nos enseña que hay múltiples formas de vivir, pensar y sentir, y cada una de ellas aporta algo valioso. Reconocer, apreciar y aprender de esta diversidad es esencial para fomentar un mundo más inclusivo, tolerante y enriquecedor para todos.

La existencia de diversidad cultural es positiva por las siguientes razones:

- Enriquecimiento personal. La diversidad cultural enriquece nuestro mundo. El contacto con diferentes culturas permite el intercambio de ideas, conocimientos y experiencias. Todo ello, amplía nuestra perspectiva, nos ayuda a comprender mejor el mundo y fomenta la creatividad.  La fusión de géneros musicales, como el reguetón, que combina influencias del reggae, hip-hop, y música latina, es un ejemplo de cómo la diversidad cultural enriquece la industria musical.

Empatía. Aprender sobre otras culturas puede mejorar nuestra capacidad para entender a otras personas, ayudándonos a superar prejuicios y estereotipos.   Por ejemplo, los   programas como Erasmus,

 permiten conocer otras culturas.   Los estudiantes regresan a menudo con una perspectiva más amplia, capaces de empatizar mejor con personas de diferentes lugares y superar sus propios prejuicios.

Resolución de problemas.  La diversidad cultural aporta diferentes enfoques y soluciones a los problemas comunes, lo que es esencial en un mundo cada vez más interconectado. Por ejemplo, empresas como Google, Apple y Facebook se han beneficiado de la diversidad cultural, atrayendo talento de todo el mundo, lo que ha fomentado la innovación tecnológica y el desarrollo de productos que venden en todos los lugares del mundo. 

 

Valoración de la diversidad cultural. 

Reconocer, apreciar y aprender de la diversidad cultural implica entender que no hay una única forma correcta de vivir, pensar o sentir. Para ello debemos:

Reconocer que todos somos iguales. A pesar de nuestras diferencias culturales, todos los seres humanos comparten necesidades, esperanzas y sueños similares. Reconocer esta igualdad es esencial para fomentar el respeto mutuo.

Apreciación de la diversidad. Aprender sobre otras culturas puede ser una experiencia increíblemente enriquecedora. Nos permite apreciar la belleza y la sabiduría que cada cultura aporta al mundo. 

Evitar el etnocentrismo. Es importante evitar el etnocentrismo, la creencia de que nuestra propia cultura es superior a las demás. En cambio, debemos esforzarnos por adoptar una perspectiva más relativista, entendiendo que cada cultura tiene su propio contexto. Si nosotros hubiéramos nacido en Marruecos, en Tailandia o en Estados Unidos, nuestra manera de comportarnos o de ver el mundo sería muy diferente. No somos mejores ni peores, simplemente hemos crecido en otra cultura.

En definitiva, el objetivo es fomentar la inclusión y la tolerancia para crear una sociedad que no solo acepte la diversidad, sino que también se enriquezca con ella. 

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