8. Habilidades emocionales interpersonales
En una ocasión propuse un debate a mis alumnos alrededor de la siguiente historia. Una persona le dice a su pareja que le va a cocinar una cena especial. Como son platos muy elaborados y es una sorpresa, le comenta que puede irse toda la tarde con sus amigos, ya que tardará unas 4 horas en cocinar todo. Solo le pone una condición: “Necesito que me traigas mostaza antes de las 9, ya que es el único ingrediente que me falta. Qué no se olvide, es lo único que te pido, vete y disfruta con tus amigos”.
La pareja se va con sus amigos y llega a la casa a las 9 menos 15. ¿Y la mostaza? – le preguntan. En ese momento, se da cuenta de que se le ha olvidado, sale corriendo al supermercado y trae la mostaza. Al llegar suspira – “uff las 8:59, he cumplido con el único requisito que me pedías”- dice sonriendo. Pero a la otra persona esto no le parece nada gracioso, en ese momento deja de cocinar y la noche queda totalmente arruinada.
Les pregunté a mis alumnos si ellos también se hubieran molestado si hubieran sido los cocineros. Las respuestas fueron muy variadas – “ Para nada, al final la mostaza estaba a tiempo” – “por supuesto que me molestaría, he cocinado 4 horas, pero yo creo que seguiría cocinando” – “Pues yo creo que le hubiera tirado la cena a la cabeza”.
La última de las habilidades emocionales es la que está relacionada con las habilidades interpersonales.
Las HABILIDADES EMOCIONALES INTERPERSONALES son las que nos permiten tratar con las emociones de los demás para así motivarles, inspirarles, persuadirles, influirles o tranquilizarles cuando tienen un problema.
Pero el primer paso para poder desarrollar estas habilidades interpersonales es desarrollar las anteriores habilidades emocionales. Si no somos capaces de conocer y controlar nuestras propias emociones (autoconocimiento y autocontrol), ni tampoco comprendemos las emociones de los demás (empatía), será imposible que podamos tratar con las emociones de los demás de manera efectiva.
1. ANÁLISIS SOCIAL. Esta habilidad consiste en ser capaces de detectar e intuir los sentimientos, los motivos y los intereses de las personas, un conocimiento que suele fomentar el establecimiento de relaciones con los demás y su profundización. En la historia del apartado anterior vimos como el análisis de Bea le ayudó a mejorar su relación con Alejandro.
2. EXPRESIÓN DE LAS EMOCIONES. La capacidad de expresar los propios sentimientos supone una habilidad interpersonal fundamental. Hemos explicado que es positivo expresar nuestras emociones y sentimientos, pero también es cierto que necesitamos aprender a cómo y cuándo hacerlo.
Muchas personas piensan erróneamente que está bien si expresan en todo momento lo que sienten. Imagina que tu pareja está todo el día preparando una cena para ti y tiene una gran ilusión. Si no te gusta la cena puedes sentir la tentación de decírselo, pero ¿qué es lo que consigues? Probablemente herir sus sentimientos y hacer que se sienta mal. Aquí mucha gente se justifica y dice “oye, es que yo soy muy sincero”, como si el hecho de ser sincero te diera automáticamente el derecho de destrozar los sentimientos de los demás. Esas personas serán muy sinceras, pero también algo impertinentes y carecen de habilidades interpersonales.
Por lo tanto, la expresión de nuestras emociones y sentimientos afectan a los demás. Es necesario que aprendamos las “reglas sociales” sobre lo que es correcto o no correcto decir, reglas que además pueden cambiar según la cultura o el contexto en el que los encontremos. La medida en la que aprendamos estas reglas será clave para el desarrollo de nuestras relaciones personales.
3. CONEXIONES PERSONALES. Las personas que conectan con los demás, reconocen y respetan los sentimientos e intereses de otros. Estas personas saben trabajar en equipo y suelen ser buenos amigos o compañeros.
4. ORGANIZACIÓN DE GRUPOS. La habilidad esencial de un líder consiste en movilizar y coordinar los esfuerzos de un grupo de personas. Las personas que tienen habilidades interpersonales son capaces de motivar a los miembros de su grupo, así como de persuadirles e influirles.
5. NEGOCIAR SOLUCIONES. El talento del negociador consiste en impedir la aparición de conflictos o en solucionar aquellos que aparezcan. Las personas que tienen habilidades interpersonales tienen una gran capacidad de negociación.
El conjunto de todas estas habilidades constituye la materia prima de las relaciones interpersonales, el ingrediente fundamental del encanto, del éxito social e incluso del carisma. Las personas socialmente inteligentes pueden conectar fácilmente con los demás, son hábiles en leer sus reacciones y sus sentimientos y también pueden liderar, organizar y resolver los conflictos que aparecen. Ellos son los líderes naturales, las personas que saben expresar los sentimientos colectivos y guiar al grupo hacia sus objetivos. Son el tipo de personas con quienes a los demás les gusta estar porque son emocionalmente nutritivos (lo contrario de tóxicos). «Popular» y «encantador» son términos con los que solemos referirnos a las personas con quienes nos agrada estar porque sus habilidades emocionales nos hacen sentir bien.
Ahora, veamos como funciona la inteligencia emocional en la práctica