10.2 Sistemas de tipos de cambio fijos
Vídeo explicativo. Sistemas de tipos de cambio fijos y flexibles
Al igual que acabamos de
explicar, el banco central se obliga a
actuar cuando la moneda se aprecie o deprecie para mantenerlo en el tipo de
cambio fijado. Si el TC $/€ sube (apreciación) el banco actúa ofreciendo
euros para que este tipo de cambio baje. Si el TC $/€ baja (depreciación) el
banco demandará euros para que el tipo de cambio suba.
Ventaja e inconvenientes
Tener siempre el mismo tipo de cambio tiene sus ventajas e
inconvenientes
La principal ventaja es que hay una gran estabilidad, ya que ahora
conocemos los tipos de cambio con seguridad. Esta seguridad, como sabemos, es
positiva para que las empresas lleven a cabo inversiones y por tanto para la
producción y el empleo
El gran inconveniente es que se pierde control de la economía. El
banco central está obligado a hacer una actuación que a lo mejor no le interesa
en ese momento. Por ejemplo, si el país está pasando una crisis, un tipo de
cambio alto puede ser muy negativo, ya que los extranjeros comprarán mucho
menos en nuestro país y eso puede hacer que perdamos puestos de trabajo.
Devaluación y revaluación.
Precisamente por esto, muchos
países se ven obligados se modificar este tipo de cambio oficial. Cuando esto
ocurre decimos que hay una devaluación o revaluación:
Una devaluación es una bajada del tipo de cambio oficial (el euro
es más barato). Esto provoca que los productos nacionales resulten más baratos
para los extranjeros, lo que provoca un incremento de las exportaciones
nacionales y con ello podría aumentar el empleo. Esta es una medida muy usada
por países en crisis.
Una revaluación es un aumento del tipo de cambio oficial (el euro
es más caro). Esto hace que comprar en el extranjero sea más barato, por lo que
aumentan las importaciones. Las empresas que necesiten productos fuera de
Europa serán por tanto las grandes beneficiadas. El petróleo, por ejemplo, se
hace más barato para muchas empresas.
La alternativa: Sistemas semifijos
Para no obligarse a tener que
fijar un tipo de cambio oficial, muchos países optan por un sistema mixto.
Dejan al tipo de cambio variar según la oferta y la demanda (como en el sistema
flexible) pero a su vez fijan unos límites máximos y mínimos en los que
intervendrían.