3.1. LA DESIGUALDAD DE LA RENTA
Hoy en día la riqueza está repartida de manera muy desigual. Muchos jóvenes ganan unos 800 euros al mes por estar trabajando durante horas, mientras los cargos directivos están ganando miles y miles de euros sin casi mover un dedo. No te quiero desanimar, pero en España, sólo 20 personas tienen el mismo dinero que otros 13 millones de españoles juntos (el 30% de la población). Y en entre los 4 millones que ganan más dinero, tienen lo mismo que los otros 40 juntos. No sé tú qué piensas de esto mientras lo lees, pero a mí se me ponen los pelos de punta mientras lo escribo. No cabe duda que ese mercado todopoderoso del que hablaba Smith reparte la renta de manera desigual.
Aunque el mercado fuera eficiente y produjera todo lo que quiere la sociedad, esto no garantiza que se reparta la producción de una manera equitativa
Vale ticher, ante eso me vienen dos preguntas: 1. ¿cómo reparte el mercado la renta? y 2. ¿qué es eso de equitativa? Pues no te preocupes pequeño, que vamos a verlo.
En principio el mercado reparte la renta según la contribución a la producción y la escasez.
1. El mercado reparte la renta según la contribución a la producción. Aquellas personas que produzcan más cantidad de bienes o servicios y de más valor recibirán una mayor renta. Si le hago a mi empresa ganar mucho dinero, mi empresa me podrá pagar mucho a mí. Esto explica porque Messi cobra más de 40 millones al año. Lo mismo ocurre con los comerciales que venden muchos productos para sus empresas, son valiosos, por lo que les pagan más. Si quieres ganar más dinero, tienes que ser productivo.
2. Otro motivo es la escasez que tengan las personas como trabajadores. Un reponedor de un supermercado no gana mucho dinero porque ese trabajo lo puede hacer prácticamente cualquiera. Un programador de la empresa Google va ganar mucho más dinero, no sólo porque contribuya mucho a la producción y haga ganar mucho dinero a Google, sino porque pocas personas pueden hacer eso.
Por esta razón, los trabajos más cualificados están mejor remunerados. El mercado premia a aquellos que estudian y se esfuerzan, ya que se convierten en trabajadores más valiosos.
Pero está bien que el mercado premie el esfuerzo y la cualificación ¿no?
Claro que está bien, y vas a encontrar a pocos economistas que te digan que no es justo que los que más se esfuercen o estén más cualificados ganen más dinero. Pero hay dos problemas.
1. Hay personas que el mercado excluye y no reciben nada de renta.
2. No todos nacemos con las mismas oportunidades para conseguir una buena cualificación que nos dé un buen nivel de renta.
1. El mercado excluye a determinadas personas
“A una mujer le das una casa, y te la convierte en un hogar” Muchas madres han dedicado prácticamente toda su vida a su familia.¿Cuánto le ha pagado el mercado por ello? Sabes la respuesta..
Hemos dicho que las personas que contribuyen más a la producción ganan más. El problema es que hay tres grupos de personas que son excluidas por el mercado.
a. Aquellos que no pueden trabajar. Es el caso de los niños y de los ancianos, que si el Estado no les ayudara se encontrarían sin ingresos. Lo mismo ocurre con las mujeres cuando acaban de dar a luz y con los incapacitados.
b. Los que no encuentran trabajo en general o relacionado con su cualificación. En un mundo en el que la robótica cada vez está ganando más peso (amazon ya ha abierto una tienda sin dependientes) hay mucha gente que está empezando a tener problemas para encontrar un trabajo que requiera su cualificación. Otros, no pueden encontrar ningún trabajo en general, como los parados de larga duración, que en España son unos 2 millones de personas.
c. Aquellos cuyo trabajo no recibe ingresos. Es el caso de los amos y amas de casa, que producen valiosos servicios para la sociedad (limpian, cocinan, llevan a los niños al colegio, cuidan y una lista interminable de tareas) pero que sin embargo no reciben ingresos por parte del mercado.
El mercado falla cuando no asegura una renta a estos tres grupos de personas.
2. La desigualdad de oportunidades
Muchos de vosotros venís de familias humildes y trabajadoras. Cuando llegue el momento de ir a la universidad y conseguir una buena educación para obtener un trabajo que os guste y esté bien pagado, algunos tendréis la suerte de que el Estado os dará una beca que os permita estudiar. Ya en la carrera, os encontraréis con muchos hijos de familias más adineradas, que pueden centrarse sin prisa por trabajar en sacarse sus estudios. Por suerte, vuestras familias estarán recibiendo unas ayudas para pagar vuestros estudios, lo que os permitirá centraros también sólo en estudiar. Sin esas ayudas algunos tendréis que poneros a trabajar, pero al recibir la ayuda el Estado estará igualando las oportunidades.
No todos nacemos con las mismas oportunidades para ganar dinero. Hay tres factores que pueden determinar que unos ganen más dinero que otros y que no tienen nada que ver con el esfuerzo.
A. La herencia. Aquellas personas que nacen dentro de una familia con más riqueza, suelen tener muchas más oportunidades para obtener una buena cualificación y ganar dinero. Imagina que la educación no la pagara el Estado y que no hubiera becas. Todos tendríamos que pagar nuestros estudios. Un alumno de bachillerato cuesta unos 6.000 euros al año. Estudiar una carrera universitaria costaría unos 64.000 euros en España, según la OCDE. De manera que aquellos que nacieran en familias con menos recursos, podrían tener complicado estudiar en la universidad, o incluso en el bachillerato. Mientras, las familias con más posibilidades, podrían pagar caras universidades, másteres y estudios en el extranjero a sus hijos, que serán mucho más cualificados y ganarán más dinero.
En ocasiones, conseguir una buena cualificación es cuestión de esfuerzo, en otras es una cuestión de herencia. El mercado suele reproducir la desigualdad de padres a hijos. Los hijos de padres ricos tendrán más posibilidades de ser ricos, y los hijos de padres pobres tendrán más posibilidades de ser pobres. ¿Justo?
B. La capacidad. No te descubro nada nuevo si te digo que hay personas con más capacidades que otros. Hay personas que nacen con habilidades altamente valoradas por el mercado. Futbolistas millonarios que apenas entrenan 2 horas al día, personas con un don para las ciencias o las matemáticas que ganan altos salarios en este mundo tan dominado por la tecnología.
Pero seguro que tienes compañeros que se matan a estudiar y apenas consiguen un 5, mientras el típico listillo de turno se lo lee y saca un 8. ¿Quién se está esforzando más? En ocasiones conseguir una buena cualificación no es sólo cuestión de esfuerzo, sino que influye mucho las habilidades con las que nacemos. ¿Es esto justo?
C. La suerte. Otras veces, la suerte juega un papel muy importante. Hay personas que pueden nacer con problemas de salud que le pueden impedir realizar determinados trabajos, o tal vez tienen que cuidar a algún familiar. Algunos pueden quedar huérfanos al nacer, o tener la mala suerte de tener que empezar a trabajar demasiado pronto y no poder seguir formándose. En ocasiones nuestra empresa quiebra y nos quedamos sin trabajo.
Lamentablemente, en esta vida no todo es cuestión de esfuerzo. No todos nacemos con las mismas oportunidades y el mercado excluye a ciertas personas. Eso contribuye a una mayor desigualdad en la distribución de la renta.