Mireya y y la mejora continua: El método Kaizen
La expresión Kaizen viene de las palabras japonesas “kai” y “zen” (en
la imagen) que en conjunto significan la acción del cambio y el mejoramiento
continuo, gradual y ordenado. En el mundo de la empresa, el método Kaizen
fue empleado por los japoneses después de la segunda guerra mundial, e implica un
proceso de mejora continua basado en acciones concretas y simples y que
requiere la participación de todos los trabajadores de una empresa. El objetivo principal del método era
mejorar los resultados de la empresas, sin embargo, este método de mejora
continua es aplicable a todos los ámbitos de la vida.
Emplear el método Kaizen supone querer mejorar cada día y abandonar
la autocomplacencia. Si mejoramos cada día un poquito, sin grandes
cambios pero de manera constante, los resultados pueden ser asombrosos. Esto es
algo que rara vez vemos en el sistema educativo. Es realmente complicado
encontrar alumnos que de verdad quieran ser mejores cada día. A veces parece
que sólo buscan excusas para no aprender ¿Es obligatorio ir a esa excursión?
¿Qué pasa si no entrego esta actividad?
¿Esto cae en el examen? Menos mal que existen excepciones.
Conocí a Mireya en octubre de hace dos cursos. Llegaba un mes más tarde que el resto de los compañeros, porque
había estado en Estados Unidos cursando varias semanas de Instituto. Se trata
de una de esas alumnas que es el número uno en todas las materias. En pocos
días, Mireya había leído y entendido todos los apuntes del mes, además de
realizar todas las actividades.
Mireya tiene habilidades para las
matemáticas, el dibujo, las letras, los idiomas e incluso para la tecnología. Lo más peculiar de ella, es que sus
resultados no son fruto de un talento descomunal, sino más bien de su actitud
hacia la vida, un enfoque que supone mejorar un poquito cada día.
Capaz de programar con código
html, leer complejos artículos en inglés sobre desigualdad de género,
reflexionar sobre Nitzche o hacer brillantes presentaciones, Mireya siempre
quiere saber más. Forma parte de ese tipo de alumnos que quiere que los
profesores acaben el temario, como mi alumna Saleta de 4º de la ESO, que
lamenta cada vez que sus compañeros piden 15 minutos para estudiar, porque
siente que le están robando un cuarto de hora de conocimientos.
Hoy se gradúa Mireya, que como Saleta, no tiene
claro a lo que quiere dedicarse en el futuro, problema habitual cuando tienes
interés por abarcar todas las parcelas del saber. Pero para mí la respuesta
está clara: Serán lo que quieran ser,
porque con la mejora continua, se abre ante ti un sinfín de posibilidades que ahora mismo ni siquiera pueden imaginar. Mientras tanto, nosotros los profesores, intentaremos que surjan más como ella, porque no se tú, pero yo creo que el mundo necesita más personas así.
Y es que, en realidad, el método Kaizen no es una estrategia para ser
más productivo, es una manera de entender la vida.