La importancia de que el profesor controle su materia
En los últimos años ha habido un boom de nuevas metodologías:
Flipped classroom, Design Thinking, Gaming (en inglés todo suena mejor) y
parece que, al final, los contenidos en sí no son importantes. Parece que el cómo está ganando la batalla al qué.
Que no se me malinterprete aquí.
Me gustan las nuevas metodologías y aplico varias de ellas en el aula cuando es
necesario, de hecho, si estás leyendo esto, lo he publicado a través de mi
página desde la que trabajan mis alumnos todos los días. De hecho, la principal idea de esta página es compartir mi experiencia con todos de cómo lo hago con mis alumnos. Pero parece que ahora el simple hecho de aplicar
tecnologías y nuevos métodos te hace un profesor genial y los demás son
dinosaurios anticuados.
Cada año que doy clase me doy cuenta de lo importante que es que un
profesor tenga un nivel de conocimientos muy (pero que muy) por encima de la materia
que enseña. Los alumnos hacen preguntas de lo más rebuscadas “Javi, ¿qué
pasa si España hace un default y no paga la deuda? ¿mejoraríamos si salimos del
euro? ¿Por qué Alemania tiene intereses negativos en su deuda pública? ¿De
verdad dejó Estados Unidos caer a Lehman brothers? Estas son solo algunas
preguntas de mis alumnos esta misma semana, que dejó a mi alumno en prácticas,
recién salido de la Universidad, con la boca abierta.
Al alumno le gustan las nuevas
metodologías…. Durante un rato, ya que en el mundo de Instagram todo es nuevo
cada hora (o cada minuto!). En última
instancia, los alumnos siempre están a muerte con el profesor que controla
mucho de su materia, que les responde todas sus dudas y que les hace aprender.
E insisto, soy un amante de llevar siempre al aula lo más novedoso posible,
pero sé que no es eso lo que me hará un buen profesor.
En 2010, cuando obtuve una plaza
de profesor de secundaria en Andalucía, llevaba 2 años trabajando en la
Facultad de empresariales de Albacete, donde obtuve mi licenciatura de ADE, y
estaba a punto de empezar mi doctorado en Dirección de Empresas. Me di cuenta
sin embargo, que si iba a ser profesor de economía, lo mínimo que podía hacer
era sacar antes una licenciatura en economía. No tengo ninguna duda que haber
estudiado esta segunda carrera me hace mejor profesor en mi día a día. Lo mismo
me ocurrió con mis alumnos bilingües, vi que era imprescindible llegar a un
nivel de C1 en inglés para llegar al mínimo que demandaban.
Por eso me merecen mucho respeto esos profesores que llevan muchos años
dando clase y son toda una eminencia en la materia, algo que no pasa
percibido. Recuerdo que el primero profesor que impresionó fue Jesús, mi
compañero de Historia de Huelva. Era común oír a los alumnos decir “Jo Javi, es
que no veas todo lo que sabe Jesús, es imposible no prestar atención, es como
si estuviéramos viviendo ese momento de la historia mientras lo cuenta.
Así que sí, los proyectos molan
mucho y flipear tu clase puede ser
genial, y yo me apunto a todo eso, uso YouTube, Google Drive para trabajar
proyectos cooperativos, mi propia página y un largo etcétera de herramientas, pero tengo claro que una parte importante
de mi mejora continua como profesor pasa por saber cada día más de mi materia.