ACTIVIDAD 2. LECTURA. EL AHORRO DE LOS ESPAÑOLES EN LA PANDEMIA 2020-2021
El Gran Confinamiento disparó el ahorro de los hogares hasta niveles históricos entre abril y mayo. La incapacidad para asumir los gastos habituales y el miedo a la pandemia situó su tasa anual en el 31,1% de la renta disponible, su valor más alto de toda la serie, iniciada en 1999, muy por encima del anterior máximo alcanzado en la anterior crisis económica. La capacidad de ahorro incluso subió a pesar del desplome de la renta disponible, lo que indica que parte de la contención del gasto fue forzoso. Se espera que en el próximo trimestre, la tasa de ahorro disminuya, pero está por ver si el ahorro forzoso se convierte en precautorio, una situación que complicaría la recuperación económica.
La pandemia y el Gran Confinamiento están provocando importantes anomalías en la economía, como que la capacidad de ahorro se haya disparado en el segundo trimestre, mientras las rentas disponibles y los salarios se desploman. Según las Cuentas Trimestrales no Financieras del INE en el segundo trimestre, periodo que coincide el confinamiento más duro de la economía y los meses de apertura progresiva; la renta nacional bruta y la renta nacional disponible bruta disminuyeron un 17,3% y un 17,6% en términos anuales, mientras la remuneración de los asalariados se redujo un 14%. Lo normal ante estas caídas es que las familias pierdan capacidad de ahorro.
Sin embargo,las familias ahorraron más de 60.200 millones de euros, la cifra más alta de toda la serie histórica y casi el doble que en el primer trimestre, cuando fue de 36.856 millones. Lo que se traduce en que la tasa de ahorro se situó en el 31,1%. "Una característica muy específica de la crisis actual es que, al menos en las economías avanzadas, los ingresos, protegidos de forma masiva por la política fiscal, están cayendo mucho menos que el consumo, provocando un ahorro forzoso", explica el economista jefe de AXA, Gillies Moec. El gasto en consumo final de los hogares se estima en 133.222 millones de euros, que supone un descenso del 23,9% respecto al mismo trimestre del año anterior, prácticamente siete puntos porcentuales por encima de la renta disponible y diez puntos por encima del descenso de los salarios.
En una crisis de estas características lo normal es que la destrucción de empleo se hubiera desbocado rápidamente y con ella la caída de rentas y salarios hubiera sido mucho más pronunciadas, pero las medidas desplegadas por el Gobierno como los Ertes ha amortiguado momentáneamente el golpe.
Otra parte del excedente histórico del ahorro es que el consumo fue limitado por las medidas de contención del virus. El cierre de muchos comercios, el impacto del teletrabajo o la suspensión de vacaciones por parte de muchas familias se transformó en ahorro.
En el comienzo de las crisis, lo habitual es que las familias suelen ahorrar por precaución, por el miedo a perder el empleo o que vean riesgos de garantizar otras renta como alquileres o dividendos. Esto suele agravar la situación económica. Las familias consumen menos y se retrasan sus decisiones de grandes gastos. La crisis económica provocada por el coronavirus se ha saltado este paso y queda la duda cómo evolucionará el conocido como ahorro del miedo.
La segunda ola de infecciones en España no hace presagiar nada bueno, y todo apunta que en el próximo trimestre la tendencia de las familias será de abrocharse el cinturón. "La alta incertidumbre podría llevar a los hogares a aumentar sus ahorro por precaución, lo que reduciría el consumo privado actual y frenaría aún más el crecimiento del PIB", advertía la pasada semana en su boletín el BCE.
A cierre de 2019, la tasa de ahorro se situó en el 7,4%. El Consejo General de Economistas vaticinaba en sus últimas previsiones que a final de año se situaría alrededor del 10%. Implica que en los próximos trimestres se irá reduciendo la capacidad de ahorro de las familias a buena velocidad, pero la tasa al 10% supone unos niveles elevados para España. La última vez que el país registró una cifra parecida fue en 2011, en plena recesión