10.3 ¿Quién paga impuestos y por qué?
Vídeo explicativo. ¿Por qué hay que pagar impuestos?
¿Quién paga los impuestos?
Mucha gente está totalmente en contra de que los que más dinero ganan
tengan que pagar más impuestos para ayudar a los más desfavorecidos. En su
opinión, si una persona gana más dinero eso se debe a su esfuerzo, y por tanto
al quitarle más impuestos, se está castigando ese esfuerzo. Pero a veces ganar
más dinero no es cuestión de esfuerzo y está bien que los que más dinero ayuden
a los que tienen menos. Lo que necesitamos es saber en qué consiste el principio de capacidad económica y el
principio de solidaridad, que nos lleva una mayor equidad. Vamos a ver si
lo entendemos.
Antes hemos visto que las cotizaciones sociales las
pagábamos para tener derecho a seguridad social (asistencia sanitaria, pensión
cuando nos jubilemos, baja pagada por enfermedad etc). Pero también hemos visto
que aparte de las cotizaciones sociales teníamos que pagar una serie de
tributos, y que dentro de ellos los más importantes eran los impuestos.
¿Por qué se pagan impuestos?
Los impuestos se
pagan porque además de la seguridad social tenemos muchos otros gastos comunes
en la sociedad. Hay que pagar la educación, la policía, bomberos, hay que
construir carreteras, parques etc.
Entonces, si todos nos aprovechamos de esto, ¿pagamos todos lo mismo?
No. No todos pagamos lo mismo. Los ciudadanos pagamos según nuestra capacidad económica.
La capacidad económica de una persona depende de sus ingresos (renta), de su
riqueza (patrimonio) o de sus gastos (consumo de bienes).
Por ello cuanto mayor sea nuestra renta, nuestro patrimonio
o nuestros gastos, más impuestos vamos a pagar. A esto se le llama, el principio de capacidad económica.
Si yo gano más
dinero, ¿es justo que yo pague más? Al fin y al cabo, mi trabajo me cuesta ¿no?
Si recuerdas dijimos que es justo que haya gente que gane
más si hace mejor su trabajo. También hay trabajos que se pagan más, no porque
sean más difíciles sino porque se ha establecido así en el mercado (por
ejemplo, los futbolistas). ¿De verdad se esfuerza más un futbolista que un albañil que va 8
horas a la obra con el frío? ¿merece un profesor ganar más? La respuesta de
mucha gente es que aquellos que han estudiado una carrera merecen ganar más.
Podríamos hablar horas sobre el hecho de que tenemos miles y miles de personas
con carreras y másteres cobrando menos de 1000 € en España, pero es cierto que muchos
pensamos que si una persona está más preparada es justo que gane más. Pero el
debate no acaba aquí
El problema es que
muchas veces que no todo el mundo tiene las mismas oportunidades si nace en
una familia con poco dinero que no le puede pagar estudios caros, o si
simplemente es bueno realizando un trabajo que no se paga muy bien (puedo ser
muy bueno de cajero de supermercado, pero difícilmente voy a ganar mucho
dinero, y si soy bueno en la banca voy a ganar mucho). Se da la casualidad de que algunas personas tienen padres con empresas
que les han colocado en puestos importantes y están ganando mucho dinero, otros
sin embargo tuvieron que empezar desde más abajo y cobran bastante menos. ¿Es
de verdad sólo una cuestión de esfuerzo ganar más dinero?
En ocasiones por lo
tanto uno puede ganar menos, no porque haga mal su trabajo, sino porque por
alguna razón ese trabajo está peor pagado o porque ha tenido menos
oportunidades del resto. Entonces parece justo que aquellos que tienen más,
paguen más impuestos para así intentar ayudar a aquellos que no tienen la
fortuna de ganar tanto. Se aplica aquí
el principio de solidaridad.
El debate no es más o menos, el debate es ¿Cuánto más?
La mayoría de las
personas y de los países creen en estos dos principios, de capacidad económica y solidaridad. En todos los países desarrollados los que más ganan, más pagan.
El debate no es si es justo que los que más tienen paguen más, el debate cómo casi siempre es: ¿Cuánto más? Sobre eso podríamos hablar horas y horas, y lamentablemente tenemos que pasar al siguiente punto.
El debate no es si es justo que los que más tienen paguen más, el debate cómo casi siempre es: ¿Cuánto más? Sobre eso podríamos hablar horas y horas, y lamentablemente tenemos que pasar al siguiente punto.