2.1 LOS SUPUESTOS DE LA COMPETENCIA PERFECTA
Vídeo explicativo. Competencia perfecta
Carlos y María son dos agricultores que cultivan patatas en un pequeño
pueblo de Andalucía. Ambos se dedican a vender sus patatas a diferentes
supermercados y fruterías que obviamente buscarán comprar el producto lo más
barato posible.
Lo primero que nos viene a la
mente es que Carlos y María son competidores directos. ¿Deberían intentar ponerse de acuerdo para poner precios más altos y
así ganar más dinero? ¿Deberían luchar para eliminar al otro y así poder vender
más patatas a los supermercados y fruterías?
La respuesta lógica a ambas
preguntas es NO. La razón es que Carlos y María nos son los únicos
productores de patatas de Andalucía y mucho menos de España. Los supermercados
y las fruterías podrían encontrar cientos de agricultores dispuestos a
venderles sus patatas.
Como hay tantos agricultores que ofrecen patatas, ninguno de ellos va a tener capacidad para
influir en el precio. Si el precio de las patatas fuera de 0,50 euros el
kilo, y un agricultor tratara de venderlo a 1 euro, probablemente vería
reducido a casi cero sus ventas. Por tanto, en el mercado de patatas los
vendedores tienen que aceptar el precio del mercado. Decimos entonces que las empresas son precio-aceptantes.
COMPETENCIA PERFECTA: Estructura de mercado en la que todas las
empresas son precio-aceptantes y por tanto ninguna de ellas podrá influir en el
precio. Como veremos, esto lleva a un uso EFICIENTE de los recursos.
Este es el mercado que hemos
estudiado en el tema 4, dónde veíamos que llegábamos al equilibrio de mercado, donde la oferta y la demanda eran las que
nos llevaban al precio de mercado que las empresas y consumidores tenían que
aceptar.
Para que se pueda llegar a esta situación
se tienen que cumplir 4 supuestos.
1. Existen gran cantidad de
oferentes y compradores.
Muchas empresas compiten en el
mercado y por tanto se enfrentan a un número importante de competidores
directos. Esto pasa con muchos productos agrícolas como las patatas, el trigo,
el maíz o los tomates. Que haya muchas
empresas implica que cada empresa vende una proporción muy pequeña de la
producción total del mercado. Es decir, aunque un agricultor redujera mucho
su oferta de patatas, no se provocaría escasez, ya que la producción de cada
agricultor es muy pequeña respecto al total. En competencia perfecta ninguna
empresa va a tener poder para influir en el precio del mercado, por tanto,
se considera que son precio-aceptantes.
Por ejemplo, si en España hay 10.000 productores de tomates, es
complicado que se pongan de acuerdo para fijar un precio o que uno solo pueda
tener influencia en el precio del total del mercado. Es clave por tanto
que cada empresa venda una parte pequeña del total del mercado (como los
tomates) lo que conlleva que las decisiones de una sola empresa apenas tienen
ningún efecto en ese mercado. Es decir que si una empresa decide vender más o
menos tomates apenas va a tener efecto en la cantidad total de las 10.000
empresas y por tanto los precios no se verán influidos.
Sin embargo, un mercado como el
de la gasolina controlada en España por 2 marcas principalmente (Repsol y Cepsa) no funciona como competencia perfecta. Si Repsol toma una decisión de
vender más o menos gasolina puede generar abundancia o escasez que afecte a los
precios. Lo mismo ocurre con el mercado de los cereales de desayuno dónde
Kellogs vende aproximadamente el 30% de todos los paquetes de cereales con sus
marcas Choco Crispis, Special L, All bran y Corn flakes. Obviamente, en el
mercado de trigo o maíz hay miles de agricultores, pero en el mercado de
cereales de desayuno unas pocas empresas se reparte el mercado y pueden influir
en el precio.
2. Homogeneidad del producto.
En competencia perfecta los productos son idénticos o presentan
unas características muy similares. En nuestros ejemplos, no hay manera de
diferenciar los tomates, el trigo, las patatas o el maíz de un agricultor u
otro. En este caso, los productos son
sustitutivos perfectos, y ninguna empresa puede cobrar un precio
superior al de otras sin perder negocio (si los productos son exactos es
imposible que alguien lo venda más caro porque se lo compraremos a otro).. En el ejemplo anterior, los tomates de los
10.000 productores son idénticos, por lo que es lógico que valgan igualEntonces,
si el trigo o el maíz de todos los agricultores son homogéneos, ¿también lo
serán los cereales que hacemos a partir de ellos? La respuesta es NO. Podemos
diferenciar sin ningún problema los cereales Kellogs, Nestlé o los de marca
blanca
Como has podido ver, mientras que
el trigo o el maíz cumplen estos dos primeros importantísimos supuestos, el
mercado de cereales para desayuno no lo hace.
3. Libertad de entrada y salida.
Significa que no hay
un coste especial que haga difícil para una nueva empresa entrar en un
mercado y producir (no son necesarias grandes inversiones iniciales o
licencias especiales). Tampoco hay
problemas para salir del mercado si no puede obtener beneficios. Cualquiera puede producir tomates o dejar de
hacerlo sin costes adicionales ni se necesita ninguna licencia especial.
Hasta ahora el mercado
del taxi estaba tremendamente protegido en España, de manera que había unas
licencias limitadas para conducir un taxi. Esto creaba una escasez de taxis,
que tú que ya llevas unos temas estudiando economía sabes que provoca que los
precios sean altos. Sin embargo, dos empresas UBER y Cabify, están luchando por
entrar a este mercado. Esto hará que sin duda el mercado sea más competitivo, y
con ello, los precios bajarán.
4. Información perfecta.
Todos los
participantes del mercado, compradores y vendedores, tienen pleno conocimiento
del mercado, disponiendo de información suficiente sobre las características de
precio y calidad de los productos. Podríamos
por tanto conocer las características y precios de todos los tomates que se
venden en el mercado, sabemos si unos son mejores que otros, si se han usado
insecticidas sobre ellos, y los precios de todas y cada una de las empresas que
lo vendan.
En la vida real es complicado que sepamos toda la
información de cada uno de los productos, lo que hace que en muchas ocasiones
paguemos productos más caros de lo que podríamos encontrar en otros sitios. Decimos
entonces que hay información imperfecta.
Internet, sin embargo, nos ayuda con este problema.