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7.1 LAS OBLIGACIONES FISCALES DE LAS EMPRESAS

Vídeo explicativo. obligaciones fiscales empresas.



Como alumno, cuando oyes la palabra fiscal es muy probable que pienses en juicios y en abogados. En economía, sin embargo, siempre que hablamos de fiscalidad nos estamos refiriendo a los impuestos.

Cuando una persona funda su empresa, una de las cosas que más suele sorprender es la cantidad de trámites e impuestos que hay que pagar. Y es que toda empresa tiene una serie de obligaciones fiscales. ¿Y qué es eso?


LAS OBLIGACIONES FISCALES DE LAS EMPRESAS son todos los pagos de impuestos y cotizaciones que las empresas tienen que hacer.

Para poder pagar la sanidad, la educación o las carreteras o para dar ayudas como las becas o el paro, el Estado necesita recaudar dinero.

Hablaremos más detenidamente de todos ellos en el tema siguiente, pero aquí vamos a ver un pequeño resumen de lo que les afecta a las empresas. Podemos clasificar estas obligaciones fiscales en dos: las propias de la empresa que  debe pagar, y las que son obligación de otros, pero que la empresa hace de intermediario.


1. Obligaciones fiscales propias de las empresas.

Son obligaciones de pago que tiene toda empresa. Destacamos dos:

 a) Impuesto de sociedades. Es un impuesto que todas las empresas que tienen que pagar cuando tienen beneficios. Se paga un 25% de manera general, aunque se baja a 15% para nuevos emprendedores. Es decir, si el beneficio en un año es de 10.000 euros pagamos 2.500 euros al Estado (1.500 si somos nuevos emprendedores)

b) Las cotizaciones de la empresa por los trabajadores. La empresa tiene que pagar al Estado alrededor de un 30% del salario de cada trabajador. Es decir, si un trabajador gana 2.000 euros, la empresa debe paga 600 al Estado.

Este es uno de los motivos por los que las empresas no hacen contratos a algunos de sus trabajadores. Para así no pagar este 30% de cotizaciones.  Eso está prohibido, y se llama fraude fiscal. Al final del apartado veremos que es algo muy negativo.

En realidad, hay más impuestos, como el IBI o el impuesto de actividades económicas, pero estos son los 2 principales que debes saber por el momento.


2. Obligaciones fiscales como intermediario

Son obligaciones que tienen que pagar los trabajadores o los consumidores al Estado, pero que la empresa hace de intermediario en el pago.

a) El Impuesto de la renta de las personas físicas (IRPF). Todas las personas que trabajamos tenemos que pagar este impuesto (los autónomos también lo hacen como dijimos, y para ellos sería una obligación propia). Por tanto, los trabajadores vamos a pagar un porcentaje de nuestro salario al Estado. Lo que ocurre, es que la empresa hace de intermediario. Nos quita ese porcentaje (que nunca llega a entrar en nuestra cuenta corriente) y luego la propia empresa se lo da al Estado. Por tanto, si la empresa nos dice que nos va a pagar 2.000 euros al mes (sería nuestro salario bruto) tenemos que quitarle el %porcentaje de IRPF. Imagina que es un 15% (300 euros), en ese caso, la empresa solo nos ingresaría 1.700 euros (salario neto)

b) Las cotizaciones sociales de los propios trabajadores. Al igual que la empresa, los trabajadores también tienen que pagar cotizaciones sociales. En su caso son alrededor del 6,5% de su salario. Al igual que en el IRPF la empresa hace de intermediario. Nos quita ese % (que nunca llega a entrar en nuestra cuenta corriente) y luego la propia empresa se lo da al Estado. Por tanto, en el caso de que la empresa nos dijera que nuestro salario es de 2.000 euros, nos quitaría este 6,5% (130 euros) más el 15% de IRPF que dijimos (300 euros). Mientras que el salario bruto que nos ofreció la empresa era de 2.000 euros, el salario neto (lo que entra mi cuenta corriente) es de 1.570 euros.

De nuevo, si la empresa no hace contrato puede pagar sólo los 1570 euros al trabajador y quedarse los 130 euros de cotizaciones del trabajador, más los 300 de IRPF. Si añadimos que antes se ahorró el 30% de las cotizaciones de la empresa (600 euros si el salario son 2000), la empresa se queda con 1030 euros de impuestos que deberían ser para el Estado. Un fraude fiscal en toda regla.

c) El IVA. Cada vez que compramos un producto tenemos que pagar un impuesto del 21% del valor de dicho producto (hay algunos productos básicos que tienen tipos reducidos). De esta manera, si estoy comprando un móvil que la empresa valora en 200 euros, tendré que pagar un 21% más en concepto de IVA (42 euros). El precio final del móvil que pagaré a la empresa es de 242 euros. La empresa se quedará los 200 euros en los que valoró el móvil y le dará los otros 42 al Estado.
Por eso tienes que fijarte muy bien cuando vas a comprar algo que en el precio viene “IVA ya incluido”, de lo contrario, cuando vayas a la caja a pagar, tendrás la sorpresa de que pagarás un 21% más de lo que pensabas.

















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