4.3 ¿Qué hace el Estado con los monopolios? La regulación de los monopolios
Vídeo explicativo. La regulación de monopolio
Como dijimos, los monopolios son ineficientes en relación con los
mercados de competencia perfecta.
Los consumidores son los grandes perjudicados, ya que han de soportar
precios más altos.
Los gobiernos pueden actuar con
los monopolios de 3 maneras diferentes
1. Fomentar la
competencia con leyes anti-monopolio
Imagina que Vodafone, Orange y
Movistar quisieran unirse. Entre las 3 compañías tienen el 80% del total de
clientes. Sin duda, sí se fusionaran, tendrían prácticamente un monopolio, y
como tú ya sabes, eso supondría mayores precios y peor servicio.
Por este motivo existen leyes que
impiden estas fusiones que puede suponer existencia de monopolio. En España,
para asegurarse la competencia se creó en 2007 la Comisión Nacional de la Competencia
(CNC), que recientemente pasó a llamarse Comisión Nacional de Mercados y la
Competencia (CNMC). En los próximos años se esperan más cambios, ya que está
habiendo muchas críticas sobre su funcionamiento.
LAS LEYES ANTI-MONOPOLIO
van a intentar que las empresas más grandes no se fusionen ya que esto
supondría un control total del mercado
2. Regulación de
precios de
monopolios naturales
La regulación es la solución habitual de los monopolios naturales,
como es el caso de las compañías de agua, la recogida de basuras o los
autobuses urbanos. Estas compañías no pueden fijar los precios que deseen sino
unos fijados por los gobiernos.
El gobierno por tanto fija el
precio por debajo del que establecería la empresa en el monopolio acercándose
al que se daría en un mercado de competencia perfecta y reduciendo, por tanto,
los beneficios del monopolio.
¿Qué ocurre si la empresa tiene pérdidas al precio que fija el
gobierno?
Si esta reducción de precios
implica que la empresa va a tener pérdidas, entonces el gobierno tendrá que subvencionar
la empresa para que quiera seguir produciendo a esos precios. Obviamente este
dinero tendrá que salir de nuestros impuestos.
La ventaja de la REGULACIÓN DE PRECIOS será tener servicios más
baratos, pero el inconveniente es que al final ese dinero saldrá del bolsillo
de todos los ciudadanos
3. Propiedad y
gestión estatal de la empresa.
En ocasiones, en lugar de dejar a una empresa privada llevar el monopolio
(como el agua o la electricidad) el gobierno puede llevar él mismo la
gestión de la empresa. Esto es algo que antes ocurría en España en empresas
como Telefónica.
Es decir, es el Estado en este
caso el que dirige el monopolio, haciéndolo una empresa pública. Así, puede establecer un precio
inferior al que se daría en un mercado monopolista con una empresa privada. De
nuevo puede que ocurrir que la empresa pública no gane dinero con esos precios
por ser demasiado barato. El
inconveniente es que somos los contribuyentes los que al final asumimos esa
pérdida.
A los economistas no les suele
gustar mucho la propiedad del Estado de este tipo de empresas. La razón es que
las empresas privadas buscan siempre mayores beneficios y para ello tratan de
ser los más eficientes posibles mejorando los procesos de producción y tratado
de producir más barato.
Sin embargo, las empresas
públicas no buscan beneficios ya que ese no es su primer objetivo. Por ello
muchas veces producen a costes más altos y de manera poco eficiente, lo cual
hace que seamos los ciudadanos los que tengamos que pagar las pérdidas que
ocasionan estas ineficiencias.
Convertir el monopolio en una empresa pública permite bajar los
precios, pero si la empresa es poco eficiente, acabaremos pagándola con
impuestos.