1. LA FUNCIÓN FINANCIERA DE LA EMPRESA
Vídeo explicativo. La función financiera y la estructura económica y financiera.
Las empresas, para poder llevar a cabo su actividad productiva, necesitan
llevar una serie de inversiones (compra de naves, máquinas etc.). Para poder
financiar todas estas inversiones y hacer frente al pago de los gastos
corrientes de las mismas (salarios, suministros etc.), necesita obtener una
serie de recursos financieros.
Por tanto, el departamento financiero de la empresa tiene dos funciones
principales.
- Determinar cuáles son todas las inversiones y gastos iniciales que
tiene una empresa para ponerla en marcha, así como las que posteriormente
prevea que son necesarias para seguir funcionando. El objetivo de estas
inversiones conseguir una rentabilidad.
- Seleccionar las fuentes de financiación a las que se va a recurrir para
poder llevar a cabo todas las inversiones necesarias. El objetivo es conseguir
los fondos suficientes y al menor coste posible para realizar las inversiones.
Obviamente, la clave para el departamento financiero es elegir
inversiones con las consigamos una rentabilidad mayor que lo que cuesta
conseguir los fondos necesarios para esa inversión.
Es importante entender que inversión y financiación están muy
relacionados entre sí, ya que cualquier inversión que queramos realizar supone
decidir de dónde vamos a obtener el dinero, es decir, como se va a financiar. Por
tanto, la función financiera de la empresa se encarga de decidir tanto las
fuentes de financiación como en qué vamos a invertir dichos fondos.
ESTRUCTURA ECONÓMICA Y FINANCIERA
Esta correspondencia entre inversiones y financiación de la empresa se
puede representar a través de la estructura económica y financiera de la
empresa.
1. La estructura económica nos indica en qué se están empleando los
fondos de la empresa (máquinas, existencias en almacén, mobiliario etc). Todos
estos elementos forman el ACTIVO de la empresa. Lo estudiaremos a fondo en
temas posteriores.
2. La estructura financiera nos muestra el origen de los fondos de la
empresa. Es decir, las diferentes fuentes de financiación que hemos elegido. Normalmente
diferenciamos dos grandes grupos.
- Los fondos propios que la propia empresa genera y que no tienen que
devolver. Es lo que se conoce como PATRIMONIO NETO.
- Los fondos ajenos que se piden prestados y por tanto deben ser
devueltos con unos intereses. Estas deudas es lo que se conoce como PASIVO.
A la hora de elegir estas fuentes, tenemos que tener en cuenta diversos
factores.
- El coste. Unas fuentes de financiación son más caras que otras, ya que
si pedimos dinero prestado nos exigirán unos intereses. Además, si queremos que
nos presten el dinero más tiempo, los intereses que tendremos que devolver son
mayores.
- La cantidad necesaria. No es lo mismo si necesitamos una gran cantidad
de fondos que si es una cantidad pequeña. Para cantidades reducidas veremos que
hay muchas más opciones que si necesitamos una importante suma dinero.
- La flexibilidad. Si pedimos prestado, tendremos que devolver el dinero
en algún momento. Algunas fuentes de financiación son más flexibles que otras y
nos pueden permitir aplazar algunos pagos.
- El tamaño de la empresa. Las empresas grandes suelen tener más
posibilidades para conseguir fondos de diferentes fuentes. Mientras, las
pequeñas en ocasiones se ven limitadas a los propios fondos que puedan generar
por sí mismas.
- El equilibrio financiero. Debe haber una relación entre las inversiones
realizadas y las fuentes de financiación escogidas. No tendría sentido pedir un
préstamo a devolver a 10 años (con más intereses) si vamos a comprar
existencias que venderemos en unas pocas semanas. Tampoco tiene sentido que
compremos una máquina que va a estar en la empresa 15 años y pidamos un
préstamo a devolver a 6 meses, ya que, la máquina no habrá podido generar
beneficios suficientes para pagar la deuda.
En conclusión, la estructura financiera está formada por el pasivo y patrimonio neto y la
estructura económica por las inversiones (activo). Como vemos hay una
correspondencia porque una indica de donde surgen los fondos y la otra en qué
los empleamos. La clave es que la rentabilidad de las inversiones sea mayor que el coste de la financiación.