3.3. LA AUTOFINACIACIÓN
Vídeo explicativo. Financiación propia
La autofinanciación o
financiación interna está formada por todos los fondos que la propia empresa es
capaz de generar a través de su actividad. Por tanto, siempre es propia.
Dentro de la autofinanciación podemos diferenciar dos tipos: por
enriquecimiento por mantenimiento.
a. La autofinanciación de
enriquecimiento son aquellos fondos
que la empresa genera por sí misma y puede ser utilizados para realizar nuevas
inversiones que posibiliten el crecimiento de la misma. Nos referimos
principalmente a las reservas.
b. La autofinanciación de
mantenimiento son fondos generados
por la empresa con los que busca mantener su capacidad de producción. Por
tanto, no posibilitan el crecimiento de la empresa sino su mantenimiento. Estos
fondos son las amortizaciones y las provisiones.
Por tanto, las tres fuentes de autofinanciación son las reservas, las
amortizaciones y las provisiones. Vamos a ver cada una de ellas.
1. Las reservas. Cuando una empresa tiene beneficios los
socios querrán repartírselo ya que para ello montaron la empresa. Sin embargo,
también tiene la opción de mantenerlos dentro de la empresa para así realizar
nuevas inversiones que permitan un mayor crecimiento y así más beneficios en el
futuro. Si los socios deciden repartirse los beneficios diremos que la empresa
está dando dividendos. Pero si deciden guardar estos beneficios, la empresa
estará acumulando reservas.
Las reservas son los
beneficios no distribuidos por la empresa. Estas reservas pueden ser legales
(las fija la ley), estatutarias (las fijan los estatutos de la empresa) o
voluntarias.
2. Amortización. Los equipos productivos de una empresa
(maquinaría, mobiliario, vehículos, ordenadores) pierden valor por su uso por
el paso del tiempo. Esta pérdida de valor de los equipos productivos se
denomina depreciación.
La amortización es el cálculo
del valor que han perdido estos equipos productivos, de manera que esta
amortización se refleja como si fuera un coste más de la empresa.
Así, si hoy compramos un coche por 20.000 euros y consideramos que tiene
una vida de 10 años, podemos decir que cada año perderá el 10% de su valor, es
decir 2.000 euros. Al amortizar el bien lo que haremos es contar esos 2.000
euros al año como un coste que disminuirá los beneficios de la empresa.
Sin embargo, esos 2.000 euros no han sido un gasto real, sino que hemos
“guardado” ese dinero cada año y acumulado fondos. Al llegar al año 10 cuando
acabe la vida del coche, la empresa habrá ahorrado 20.000 euros y los podrá
utilizar para comprarse otro coche nuevo. Por ello la amortización es
autofinanciación de mantenimiento, ya que permite mantener la capacidad
productiva.
3. Las provisiones. Si una empresa sabe que es probable que
tendrá que hacer un gasto en el futuro, pero no conoce su cuantía o momento
exacto, está obligada a seguir el principio de prudencia y apartar una cantidad
estimada como si el gasto se hubiera producido ya. Esta cantidad reservada es
lo que llamamos provisión.
Las provisiones son fondos que
se reservan para cubrir posibles gastos o pérdidas futuras.
Por ejemplo, imaginemos una empresa sabe que tendrá que hacer una gran
reparación en su fábrica porque tiene goteras, pero no sabe en qué fecha
exactamente la hará o cuánto costará. En ese caso, la empresa debe “apartar” la
cantidad que estima que costará la reparación, así con estos fondos podrá
mantener su capacidad productiva.
Como vemos, la autofinanciación tiene una serie de ventajas e
inconvenientes.