10. LAS RAMAS DE LA ECONOMÍA: economía positiva y normativa
Vídeo explicativo. Las ramas de la economía
Si algo te tiene que quedar claro de este tema es que la economía es la ciencia que trata de administrar los recursos escasos para satisfacer las necesidades humanas. Pero igual que las matemáticas se pueden dividir en álgebra, geometría o probabilidad o la lengua en sintaxis, gramática o fonética, también la economía tiene varias ramas.
Si algo te tiene que quedar claro de este tema es que la economía es la ciencia que trata de administrar los recursos escasos para satisfacer las necesidades humanas. Pero igual que las matemáticas se pueden dividir en álgebra, geometría o probabilidad o la lengua en sintaxis, gramática o fonética, también la economía tiene varias ramas.
La ciencia económica puede dividirse
en dos grandes ramas: la Economía positiva y la Economía normativa. Cuando los
economistas tratan de describir el mundo que nos rodea (economía positiva) se
comportan como científicos. Cuando tratan de mejorarlo con recomendaciones
(economía normativa), entran en el mundo de la política económica. No hay año sin que un alumno diga que la
economía positiva estudia las partes buenas de la economía y la normativa las
malas.
ECONOMÍA POSITIVA:
Analiza
de manera objetiva los fenómenos económicos tal como han sucedido o pueden
suceder sin hacer valoraciones al respecto (no juzga si algo es bueno o malo).
Estudia lo que es, ha sido o podría ser. La dividimos en microeconomía y
macroeconomía.
ECONOMÍA
NORMATIVA: Estudia lo que debería ser, valora las
situaciones y recomienda actuaciones para intentar mejorar la realidad. Se basa
por tanto en opiniones personales de lo que es mejor o peor, es decir, en
juicios de valor. Su principal exponente es la política económica.
Afirmaciones
positivas y normativas
Si un día decides ir a y te levantas con una peste infernal,
no pienses que la ducha de la noche no ha tenido efecto. El problema es que las
fábricas sueltan muchos humos nocivos ciertos días del año, lo que provoca no
solo mal olor, sino que, al respirarlos, muchos onubenses hayan desarrollado
muchas enfermedades de pulmón.
Si vas por la calle puedes encontrar una conversación como
esta:
- Jesús:
Vaya un olor insoportable, no entiendo porque no cierran las fábricas.
- Pilar: Es cierto que el olor es
horrible y muy malo para la salud, pero si cierran las fábricas se perderían
miles de puestos de trabajo.
- Jesús:
Se deberían cerrar las fábricas igualmente. La salud es más importante que los
puestos de trabajo. Huelva estaría mucho mejor así.
Independientemente de que estemos de
acuerdo con Pilar o Jesús, debemos entender que ambos se diferencian en algo
muy importante: Pilar ve el mundo
como un científico. Jesús hace política económica.
Pilar, al
igual que un científico, está intentando explicar el mundo, está realizando una
afirmación positiva la cuál es siempre descriptiva. Estas afirmaciones carecen
de juicios de valor (opiniones personales), únicamente predicen lo que va a
ocurrir en el caso de que se apliquen ciertas medidas (si se cierran las fábricas, se pierden puestos de trabajo).
Jesús está
realizando una afirmación normativa, la cual es prescriptiva, es decir, está
realizando una recomendación de cómo deberían ser las cosas. Las
afirmaciones normativas sí que incluyen juicios de valor de cómo debería
ser el mundo. Para Jesús la salud es más
importante, pero para otros pueden ser los miles de puestos de trabajo.
Una diferencia entre las afirmaciones
positivas y normativas es la manera en la que las podemos confirmar. En
principio, podemos confirmar las
afirmaciones positivas a través de datos. Podríamos comprobar el índice de enfermedades de pulmón de Huelva y
otras ciudades para ver si las fábricas son tan malas para la salud. También
podríamos ver qué ha pasado con el desempleo cuando se han cerrado fábricas
parecidas.
La cosa se complica con las
afirmaciones normativas. Si hacemos caso a Jesús y cerramos las
fábricas, es muy complicado demostrar que la ciudad estaría mejor o peor si no
lo hubiéramos hecho. Cómo no lo podemos demostrar con datos, decir por qué una
medida es buena o mala va a depender de aspectos filosóficos o éticos. En definitiva,
va a depender de nuestra opinión personal. Si
estas medidas normativas se llevan a cabo, entramos dentro del campo de la
política económica.
POLÍTICA ECONÓMICA. Son
medidas que toma el Sector Público intentando mejorar la realidad de un país.
Se basan en juicios de valor de cómo deberían ser las cosas. Es complicado de
demostrar quién tiene razón por lo que es fuente de conflicto de economistas y
partidos políticos.
Microeconomía y
macroeconomía
Esta pregunta sí que me la sé: Micro
estudia lo pequeño y macro lo grande… no está mal para empezar.
Acabamos
de ver que la economía positiva es la rama que intenta explicar los hechos
económicos. Dentro de esta rama (que tiene más divisiones), nos vamos a centrar
en la parte que trata de elaborar teorías y leyes: la microeconomía y la
macroeconomía.
MICROECONOMÍA. Estudia
las decisiones individuales de las familias y las empresas y el sector público y
la manera que se relacionan en los mercados. Cuando estudiamos como se gasta el dinero una
familia o cuántos trabajadores debe contratar una empresa estamos dentro de la
Microeconomía. Lo mismo pasa cuando estudiamos un mercado en concreto, como
puede ser el de la vivienda o el de la fruta.
Una
afirmación positiva y microeconómica sería: si los fruteros bajan el precio de
la fruta, la gente comprará más. Es positiva porque describe un hecho sin dar
recomendaciones. Puedo ir al mercado y comprobar si eso es verdad. Es
microeconómica porque estudia un mercado de manera individual.
MACROECONOMÍA. Estudia
el funcionamiento de la economía en todo su conjunto. La Macroeconomía
no se preocupa de las acciones de una empresa o una persona individual, sino
que lo importante es la suma de todas esas acciones. Estudia por tanto la suma
de todas las decisiones de familias, empresas y Sector Público
En
microeconomía estudiamos la producción de una empresa. En macroeconomía la
producción de bienes y servicios de todas las empresas de un país, el Producto
Interior Bruto. En microeconomía estudiamos el gasto de una familia y por qué
gasta más o menos. En macroeconomía el gasto de todos los consumidores, sin
importar que unos gasten más u otros menos. En macroeconomía el total es lo que
cuenta.
Una
afirmación positiva y macroeconómica sería: si los ciudadanos de un país tienen
más dinero, el consumo total del país aumentará. Fíjate que no hablamos de una
familia o de una empresa en concreto, ni de un solo mercado (la fruta antes)
sino de la suma total de las decisiones de las empresas o familias de un país.
Con esto acabamos este fascinante primer tema (no negarás que te ha encantado). Habrás visto que para ser
economista tienes que ser un poco historiador para conocer los hechos pasados y
presentes y así elaborar teorías; matemático para analizar los datos; e incluso
filósofo para poder hacer recomendaciones de cómo mejorar el mundo que nos
rodea. Bienvenido al maravilloso
mundo de la economía, que te permitirá poco a poco cambiar los ojos con los que
ves lo que te rodea. Nada próximo a ti escapará a tu a análisis, porque todo es
fruto de una decisión económica. No va a ser una tarea fácil, pero cada día
pensarás un poco más como un economista. ¿Aceptas el reto?